Como diseñadores gráficos, y como ya lo hemos dicho en ocasiones anteriores, son muchas las tareas que debemos realizar, y la mejor forma para lograr cumplir con todas, sin dejar de lado la calidad de nuestros trabajos, es organizarse. Sí, suena fácil, pero sabemos que no lo es. Cada día es más complicado organizarse y ya no se trata solamente de tener en una agenda toda la planificación del día. Después de todo, son muchas las distracciones que tenemos y muchas veces surge más de una complicación que nos atrasa con nuestro trabajo.
Pero no creas que tan sólo pasa por un tema de concentración el que tan bien haremos nuestro trabajo, todo lo eficiente que podamos llegar a ser tiene que ver con tantas otras cosas como lo es las horas que dediquemos a terminar un determinado quehacer, pero cuidado, no te equivoques al pensar que por estar horas y horas concentrado al 100 por ciento terminarás bien y a tiempo tu deber. Después de todo, ya es sabido por la gran mayoría que más importante que dedicar horas y horas a un trabajo es hacerlo de manera productiva y organizada, de modo que podamos terminar el día de buena forma y sin quedar necesariamente muertos.
Es en la productividad diaria que están los detalles que finalmente marcarán la diferencia en nuestro trabajo, y que pueden hacer que un día sea mucho más productivo y provechoso que otro, es por eso que para ayudarte, y reducir todos estos detalles a tan sólo 4 puntos es que te dejamos los siguientes consejos.
1-. Tarea.
Para cumplir con todo lo que debes hacer diaria y semanalmente el primer paso es identificar cada una de tus tareas, interpretarlas y ponerles un "apellido". No todos nuestros quehaceres son igual ni tienen el mismo nivel de importancia. Esto puedes conseguirlo mediante una serie de hábitos.
Planifica. Destina los últimos 15 minutos de cada día a hacer un recuento de las tareas del día siguiente. Qué vas a hacer y cuándo. Fíjate sobre todo en la importancia que hay detrás de cada tarea. Haz esto todos los días.
Tareas Clave. Detecta por adelantado las 2-3 tareas más importantes del día. Empieza el día haciendo al menos una y no dejes que nada las interrumpa o te distraiga. Posiblemente supongan el 50% de tu Productividad.
Tareas Periódicas. Las repites todos los días o con mucha frecuencia. Sitúalas en momentos de bajo rendimiento y nunca empieces el día con ellas. En la práctica son como una hipoteca: quieras o no te roban tiempo y más cosas.
No hace falta una súper-mega aplicación, basta una hoja de papel para tus tareas. Cuando aparezca una, anótala y vuelve rápidamente a lo que estabas haciendo. Ya decidirás al final de la mañana o del día cuándo la harás.
2-. Concentración.
Es una de las reglas más importantes de la productividad. La mayoría tenemos claro cuales serán nuestras responsabilidades durante el día, lo que nos separa del éxito o fracaso en haberlas cumplido es el tiempo de trabajo destinado a cada una y que tan bien aprovechado fue el tiempo que dedicamos. Esfuérzate en proteger tu concentración de Distracciones e Interrupciones y multiplicarás de forma alucinante tu trabajo. Y además ganarás en satisfacción personal. Descuídalo, y echarás horas para nada.
Entorno digital. Una verdadera “planta de fabricación” de distracciones para tu mente. Saber cerrar el paso a todas estas distracciones es esencial, sobre todo cuando te propones hacer-y-terminar una tarea Clave. Sabemos que en caso de quienes son diseñadores es más complicado alejarse de todas las distracciones que Internet nos brinda, pero cerrar facebook, msn, y todos esos programillas que nos ayudan a desconcentrarnos sería un buen comienzo para ser más eficientes en nuestro trabajo.
Interrupciones. Muchas no pueden evitarse pero otras muchas sí. Corta llamadas, pide concentración y silencio, ponte auriculares… Anticiparte a ellas es ganar en calidad de trabajo.
Intensidad. Trabajar en bloques cortos de tiempo estimula la concentración y aumenta tu intensidad. La Técnica Pomodoro es un buen remedio para mentes dispersas o para rescatarte en días espesos.
3-. Información.
Nunca antes habíamos tenido tanta información. El problema es que consumimos demasiada y la mayoría sobra. Y te llega en forma de Emails, páginas web, blogs, comentarios, chats, redes sociales, foros, videos, fotos… La actividad online crece a ritmo desorbitante, pero no siempre es la mayor de nuestras amigas a la hora de trabajar en forma adecuada.
Lecturas diarias. El exceso de ruido no es mejor que el exceso de nada. No por leer decenas y decenas de blogs cada día vas a hacer mejor tu trabajo. Pregúntate (elige y decide) cuáles te informan, te enriquecen y te ayudan. El resto, elimínalos.
Redes sociales. Participa en las que de verdad te aporten algo y destina momentos del día para entrar ahí. A la hora de hacer tus tareas bórralas de tu cabeza y corta el acceso. Si estás en muchas pregúntate si merece la pena. Elimina el lastre porque todo lo que no suma, resta.
Email. Es un mal necesario por el que pasamos todos. Saber utilizarlo en tu beneficio es esencial. Porque cada día te roba muchísimo tiempo y energías. No lo leas a primera hora, ábrelo menos veces y destina momentos fijos del día para atenderlo. Verás qué diferencia.
Una buena forma de organizarte mejor es tener una herramienta para gestionar y almacenar datos importantes y dejar para leerlas más tarde cuando hayas finalizado con tus quehaceres del día.
Y por último pero no por eso menos importante, el Descanso.
Habitualmente maltratado cuando uno quiere “aumentar su rendimiento” o “hacer más cosas”. Lo primero que hacemos es cortar vida personal, ocio y tiempo libre; vida familiar o incluso descanso nocturno. Error grave. Un buen descanso es la base de una buena Productividad. Invierte en ocio y descanso y estarás invirtiendo en ti. (claro está que mucha inversión en descanso tampoco es buena, pero si debes descansar el tiempo necesario para poder aumentar tu productividad.)
Ocio personal. Encuentra o recupera tu hobby personal y destina (garantiza) momentos al día o la semana para practicarlo. El ejercicio físico, actividades al aire libre o en grupo, entretenimiento y actividades artísticas. Todo eso suma sobre tu creatividad y claridad mental.
Descanso nocturno. Muchos dicen “dormir es para débiles”. pero sabemos que es de inteligentes. Cuida las 7-8 horas diarias de sueño que debes tener y estarás listo para rendir más y mejor. Maltrata tu descanso nocturno y verás un zombi mediocre intentando superar la barrera de la vulgaridad.
Desconexiones. La frase “estar conectado al 100%” puede quedar bien en una entrevista pero es nefasto para tu rendimiento. Tener ratos, momentos e incluso días en los que ni Internet y tu móvil existen, es muy beneficioso. Te oxigenarás, podrás hacer otras actividades y a la vuelta todo te sabrá mejor.
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